A dos años de la sentencia por genocidio
A dos años de que el Tribunal de Sentencia Penal de Mayor Riesgo “A” dictara la histórica sentencia con la que se condenó al general José Efraín Ríos Montt por genocidio y delitos contra los deberes de humanidad cometidos contra el pueblo maya Ixil, ratificamos la vigencia de la sentencia y reivindicamos la memoria de los pueblos.
A través de este juicio, quedaron al descubierto las redes de impunidad que aún se encuentran enquistadas en el sistema de Justicia así como la persistencia de los grupos de poder que se niegan a vivir en una plena democracia y un verdadero Estado de Derecho. Vemos en la actualidad cómo los actores que durante el juicio negaron el genocidio y se opusieron al legítimo derecho de acceder a la justicia por parte de las víctimas, aparecen nuevamente como protagonistas de la grave situación en la que se encuentra el sistema de justicia.
Esta sentencia constituyó una importante fractura a la impunidad, por ello continuamos celebrando, conmemorando y difundiendo la verdad. Cien Testigos y testigas, revelaron la verdad de lo ocurrido. Confirmaron lo que los reportes militares escribieron. Con valentía le contaron al sistema su verdad, la verdad de este pueblo. En esta histórica sentencia, el Tribunal le dio valor probatorio a los testimonios valientes de las mujeres y hombres ixiles, que después de 31 años, han sido escuchados y sus sufrimientos reconocidos por el tribunal antes citado. Por eso estamos reunidos dos año después. Porque esa sentencia es parte ya de la historia de la humanidad, de la historia de Guatemala. Esa sentencia está viva, está vigente, está presente como verbo, como acción, como compromiso con la memoria, la verdad y la justicia.
A través de dichos testimonios y de la prueba científica y documental diligenciada en el proceso y a la cual, el Tribunal le dio valor probatorio, quedó demostrada la intención de acabar con el grupo Ixil, identificado como Enemigo Interno: La sentencia nos dice: “…las acciones violentas realizadas en contra de los ixiles, no fue una actividad espontánea, sino la concretización de planes previamente elaborados, que conformaban parte de la política de Estado tendiente a la eliminación de un grupo étnico determinado (…) Habiéndose comprobado hasta la saciedad que eran poblaciones civiles, dedicadas a la agricultura”.[1]
Peritajes científicos forenses, sociales, balísticos, militares, confirmaron que los hechos cometidos encuadran en el delito de genocidio. La violencia sexual, fue un ataque sistemático hacia las mujeres, contribuyó a la destrucción del tejido social y su objetivo fue eliminar al grupo étnico Maya Ixil. Las mujeres sufrieron la violencia y la humillación de forma intencionada, no sólo como un medio de infringir lesiones físicas o mentales a miembros del grupo, sino también como un medio idóneo para impedir la reproducción física y cultural del grupo.
Tal como lo dicta la sentencia, el racismo imperante en Guatemala, fue “la maquinaria del exterminio”, base del genocidio. “El racismo se expresa en conductas, imaginarios, prácticas racistas e ideologías que ocupan distintos espacios y se expanden al conjunto de la sociedad (…) El racismo afecta profundamente, provoca, colabora y coadyuva con el genocidio que se produjo en Guatemala”.
Las víctimas Sobrevivientes del Genocidio nos dieron una enorme y hermosa lección a la sociedad guatemalteca. Se puede avanzar a través de los medios democráticos establecidos para resolver sus controversias. Nos demostraron que a pesar de la enorme impunidad que sufrimos en nuestro país la justicia es posible alcanzarla. Quienes llaman al odio y a la violencia, o le temen a los procesos democráticos, son quienes nunca han creído ni en la Paz, ni en la Democracia. Al observar la situación del sistema de justicia y el Estado de Derecho en la actualidad consideramos que es necesario mantener viva esa sentencia.
Por eso, continuamos discutiendo, analizando, compartiendo conocimiento, creando y recreando. Porque pareciera que poco o nada ha cambiado. Continúa la represión, la criminalización y estigmatización de quienes ejercemos nuestros derechos y exigimos su cumplimiento. La implementación de megaproyectos, hidroeléctricas y extracción de bienes y recursos naturales continúa arrasando con los territorios y la vida de los pueblos.
Pero también como hace 30 años, en la actualidad hay una gran resistencia pacífica de los pueblos y comunidades. Y por eso hoy esa sentencia debe seguir caminando por todos los rincones de Guatemala, donde hay indignación por la corrupción, por la impunidad de los funcionarios, por el cansancio frente al colapso al que han llevado al país. Y por eso mantendremos viva la Sentencia por Genocidio, porque es legítima, porque es la verdad de este pueblo y porque no queremos que estos hechos se repitan nunca más.
Por último, vemos con suma preocupación e indignación como dos años después de emitida la sentencia condenatoria por el delito de genocidio y deberes contra la humanidad el sistema nacional de justicia y el tribunal de honor del colegio de abogados y notarios de Guatemala ha dado tramite a denuncias y querellas sin fundamento real en contra de los miembros del tribunal de sentencia y la unidad de esclarecimiento histórico, fiscalía de derechos humanos del ministerio público.
Estos procesos de criminalización son claramente un mensaje a los operadores de justicia: “quien osa combatir la impunidad será perseguido posteriormente”. Esto trae como consecuencia grave un mayor debilitamiento del estado de derecho en nuestro país.
Ante esta criminalización en la que se encuentran los operadores de justicia que tuvieron bajo su responsabilidad el proceso judicial por genocidio exigimos al sistema nacional de justicia desestimar las denuncias y querellas presentadas sin fundamento, al señor procurador de los derechos humanos velar por que los derechos humanos de dichos operadores de justicia sean respetados y solicitamos al pueblo de Guatemala y la comunidad internacional estar pendientes y manifestar su rechazo a dichos procesos de criminalización.
Guatemala, mayo 2015
COORDINACIÓN GENOCIDIO NUNCA MÁS
“Creemos firmemente que el reconocer la verdad ayuda a sanar las heridas del pasado y la aplicación de la justicia, es un derecho que asiste a las víctimas, el que también contribuye a fortalecer el Estado de Derecho en nuestro país. Haciendo conciencia que éste tipo de hechos no deben volver a repetirse porque el pueblo de Guatemala desea vivir en paz, reconociendo nuestra identidad, nuestra riqueza pluricultural, multilingüe y el respeto a la libre expresión de nuestras ideas…” Sentencia por genocidio.